Naturalmente fui concebido para preservar los huesos de los cortes del filoso metal para clavar mi tranquilidad asesina de forma precisa entre las articulaciones facilitando el desmembramiento, la práctica perfeccionó ésa virtud inherente en mí.
Arrodillado en un espejo sagrado de sangre liberando lo óseo de la carne. Mis falanges hacinan cicatrices, heridas abiertas y metros de cinta adhesiva.
Ése tibio líquido carmín se mete en mis heridas y baña mis manos dificultando mi labor, cada movimiento es más resbaladizo al comienzo pero con el paso de los minutos la sangre huele a óxido metálico y se hace pegajosa.
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Fuiste presa de mi miedo animal, mi des-confianza natural a las cosas nuevas; mi precaución ante esos sentimientos benignos a los que no estoy acostumbrado.
Intenté alejarme pero ésto te pareció un desafío y hasta te sentiste provocada.
Confieso que siempre me pareciste hermosa y la idea de saber como sería tu estructura ósea especialmente tu cráneo ocupaba mis pensamientos gran parte del tiempo.
Casi como una adicción tu ternura y el sexo fue carcomiendo mi coraza, mi protección de los demás y mi placebo para ésa sensación de seguridad e independencia. Fue algo bueno al principio, pero ahora ya sabés porque paso tanto tiempo sólo ?
y porque mis dedos son tan "diferentes"? Como solías decir para no sonar "discriminativa"
Yo por mi parte ya sacié mi curiosidad y a veces suelo extrañarte.
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